miércoles, abril 25, 2007

Maracaibo: Frio y calor ¿cómo no enfermarse?


Los maracuchos o marabinos, vivimos entre un frio intenso y un calor que asfixia. ¿¿¿¿cómo se supone que no nos vamos a enfermar o a resfriar aqui????

El sábado estuve en la Universidad, un congelador y eso es la misma vaina, nos dieron una charla y por supuesto si el receso era a las 10am la tipa bla, bla, bla, bla hasta las 12. Por más interesante que estuviera la charla yo la había dejado de escuchar como a las 10 y alguito...tenía las manos medio moradas del frío, me sentía que de la nariz y los ojos me colgaban estalagtitas, hasta el cerebro lo tenía congelado. El caso es que finalmente la mujer decició dar por terminada la charla y salimos al receso-almuerzo de media hora. Mientras bajaba las escaleras el frio iba cediendo, imagino que por el movimiento porque igual estaba bajo cero la vaina.
Cuando salí del bendito edificio sentí literalmente como si hubiese entrado en un sauna. Al principio uno dice: Ahhhhh...carajo que ricoooo....Pasado los segundos (ni siquiera minutos) Comienza el proceso de streptease, te quitas el sweater, te medio abres la franela, blusa, camisa, whatever que sea el caso... Todo esto acompañado de asfixia progresiva, humedad intensa, etc...
¿¿Cómo quedas al final?? utilizando el argot maracucho piel empegosta', pelo arrugado y la cara de pastelito...No, no, no, no... Entonces..¿¿¿cómo más o menos no vivimos resfriados???

Igualito sigo amando a mi city...pero de verdad que me la está poniendo difícil

domingo, abril 08, 2007

Un pedacito de Woolf


Sólo quiero dejarles esto...
" No más de esto. Razono: tomo un censo de personas felices e infelices. Me preparo para empujar, para golpear. Empiezo a caminar ciegamente hacia adelante. Siento cómo los obstáculos se derrumban. Me digo que no importa. Nada importa. Me vuelvo frígida y recta, duermo de nuevo, medio despierta... siento la ola empezar... vigilo el palidecer de la luz... me pregunto cómo, esta vez, el desayuno y la luz del día podrán superarlo"
(citada por Bell en The Diary of Virginia Woolf, 1980, p. 110 )