Te busco sin querer en otras gentes, te leo en mis libros, te escucho en mis canciones, te siento en la lluvia que cae en mi rostro. Apareces en las mañanas y te disipas en las noches, de vez en cuando me visitas mientras duermo. Después de tanto y de todo, te sigo extrañando.
Aunque sienta que me duele respirar algunas veces, que me explota la cabeza de tanto pensarte, te pido una cosa: No vuelvas.