domingo, noviembre 26, 2006

En la tranquilidad del desesperado


La última semana ha sido terrible. He dicho casi todos los dias en la noche que hubiese sido preferible no salir del cuarto, pero cómo? Hay que salir a trabajar. Como dije en el post anterior, mis alumnos me atormentaron hasta el último momento para que les diera una oportunidad para entregar trabajos; por aquellas cosas de la vida, se las di. De 30 muchachos que les faltaban ciertas actividades, me entregaron 2. DOS!!!!

Finalmente entregue las notas y pude descansar por ese lado.

En la oficina también un caos, con el giro que se le está dando al departamento de investigación es un fastidio porque todo está en proceso de planificación. Y por supuesto sin olvidar a los benditos tesistas que no quieren hacer lo que les toca. Después viene la lloradera porque no les dio tiempo a entregar.

En mi casa con la llegada de los bebes de mi perrita es...casi que sin comentarios...Aunque son una belleza....requieren demasiada atención porque son muy pichurritos, apenas acaban de abrir los ojos.

Entre tantas cosas, las que mencione y otras mil que no escribi, estoy desesperada por salir de vacaciones e irme a la playa o la montaña a pensar cualquier pendejada, y sobre todo descansar.

Detrás de esta aparente tranquilidad el desespero no es normal


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